De vez en cuando recibo correo electrónico de los lectores que piden asesoramiento o mi opinión sobre un asunto personal. La semana pasada recibí un correo electrónico que dice...
Estimado Reverendo Salcedo,
Recientemente mi esposo y yo nos mudamos a Montevideo y compramos una casa bonita en un buen barrio. La casa tiene un sistema de seguridad instalado que incluye cámaras de vigilancia interior y exterior que permite acceder a través de Internet o desde el i-Pad.
A los dos meses de mudarnos a nuestra nueva casa, sucedió algo que me destrozó y me avergonzó. Estaba trabajando en el turno de la tarde en Centro Médico de Carrasco Norte, tomé mi descanso alrededor de las 19:30 y me senté en la cafetería con un compañero de trabajo. Yo le estaba explicando cómo funciona nuestro sistema de seguridad y se me ocurrió mostrarle lo fácil que es conectarse para monitorear las cámaras desde el i-Pad.
A esa hora mi marido (que trabaja el turno de día) por lo general está viendo la televisión o está en la PC. Después de entrar en mi cuenta le estaba mostrando a mi amigo cómo podía pasar de una habitación a otra donde se instalaron las cámaras. Primero le mostré la puerta principal y luego le mostré mi cocina.
Luego cambié a la cámara sala de estar me sorprendí al ver a mi marido sentado en el sofá fornicando con una sandía. Mi amigo vio esto y por eso quedé terriblemente avergonzada y muy enojada. No he tocado el tema con mi marido y no sé cómo hacerlo.
¿Debo tratar este incidente como una cuestión casual, como una simple (aunque pecaminosa) masturbación? ¿Debo siquiera mencionarlo en absoluto? ¿O es que esto califica como un engaño por parte de mi marido?
Somos cristianos y sé que la masturbación es un pecado, por supuesto, como es el adulterio, pero ¿Cuenta esto? ¿Mi marido violó los votos sagrados de nuestro matrimonio en los ojos de Dios?
Atentamente,
Guadalupe
Captura de la cámara de seguridad enviada por la Sra. Guadalupe. Se censuró parte de la imagen por razones morales y para preservar la identidad de sucio pecador. |
Estimada Guadalupe,
Gracias por su mensaje. Esta pregunta surge cada vez con más frecuencia, aunque en su mayoría se trata de parejas mundanas seculares que ven esto como inofensivo. Pero la Escritura es clara acerca de cómo Dios ve este comportamiento perturbador.
La Escritura nos dice que debemos huir de la fornicación, si no hemos pecado contra nosotros mismos de acuerdo a:
1 Corintios 6:18 " Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.".
En Apocalipsis 21: 8: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y asesinos, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”.
De acuerdo a la Escritura los caminos pecaminosos de su marido lo convierten en un idólatra, o sea, alguien que muestra admiración o amor excesiva por alguien o algo. Y el mensaje de nuestro Señor es muy claro cuando se trata de los idólatras:
1 Corintios 6: 8-10 dice: "¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis: ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones”.
Podría seguir citando las Escrituras todo el día pero usted ya sabe que no serviría para nada.
La respuesta corta es que su marido ha roto los votos matrimoniales con usted y con Dios. También violó la santidad del matrimonio ante los ojos de Dios, sin mencionar el hecho de que arruinó una sandía perfecta. Su marido debe expiar su acto desviado; él debe pagar una penitencia al Señor por su maldad. De lo contrario, nunca irá al cielo.
No sé si usted tiene hijos, pero creo que debe hacerse algunas preguntas serias: ¿Es este el hombre con el que quiero pasar la eternidad? ¿Es este el hombre con el que quiero criar a mis hijos? ¿Quiero estar casada con un hombre que no se unirá a mí en el cielo después de abandonar este mundo?
Por supuesto, esto tal vez sea un incidente aislado en cuyo caso puede orar por la sabiduría y el perdón de Dios. Su marido debe, antes que nada, lavarse en la sangre del Cordero para tener oportunidad de ser perdonado. Una posibilidad más alarmante es que su marido esté poseído por algún demonio del infierno. En este caso, puede ser necesario un exorcismo.
Le deseo lo mejor y créame que los dos están en mis oraciones. La decisión sobre cómo proceder de aquí en más es suya. Es posible que desee ponerse en contacto con un pastor local para consultar primero.
Con cariño,
Rev. Daniel Salcedo
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