¡Un firme equilibrio entre nuestro cuerpo y nuestra alma! Ese es uno de los requisitos más infravalorados de la vida cristiana en nuestra actual cultura de ritmo acelerado. Nos dice Corintios 6: 19-20"¿No sabéis que vuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo, que está en vosotros, y que habéis recibido de Dios? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.”. Esto significa que debemos hacer un esfuerzo a conciencia para mantener nuestro ser corporal tan sano como nuestros espíritus.
En cumplimiento de esta llamada sagrada, muchos de nosotros pasamos algún tiempo haciendo ejercicio en el gimnasio o compitiendo en atletismo. Hay ambientes donde encontramos desnudos masculinos. Esta es una parte natural de ser un hombre. No te avergüences de cómo Dios te hizo, sino que abraza esto como una oportunidad para sobresalir. Sin embargo, dentro de estos espacios reducidos, es absolutamente vital que sigas la etiqueta adecuada.
Ha habido un marcado aumento en la actividad sexual desfavorable en los gimnasios de todo el país en los últimos tiempos. Esto ha hecho que nuestras instalaciones deportivas locales sean inseguras para los cristianos. Los afectados son hombres y adolescentes por igual. Por qué esto está sucediendo ahora, tal vez nunca lo sepamos, pero podemos arriesgar que la sucesión de gobiernos de izquierda puede tener algo que ver.
Incluso el prestigioso diario norteamericano New York Times informó sobre este tema en un artículo titulado “Locker Room Trysts Bedevil Health Clubs”. La autora explica en ese artículo: “en ciertos momentos del día, sus duchas y baños de vapor no están llenos. Una puerta cerrada, o la niebla de vapor, hace que sea fácil para los hombres dedicados a la actividad sexual eludir la detección ”.
El pavoneo y la fanfarronería siempre han sido corrientes más o menos ocultas del mundo del entrenamiento. Es natural tener cierto orgullo por la mejora de tu cuerpo. El hombre desea comprobar su progreso en el espejo y un brillo de sudor demuestra su dedicación para perfeccionar una virilidad saludable. Sin embargo, algunos sujetos utilizan la desnudez compartida del vestuario para participar en fantasías ilícitas.
Muchos homosexuales compulsivos ven los gimnasios como terrenos de caza. Estos hombres sufren de libidos insaciables lo cual se debe en parte a su falta de voluntad para procrear con las mujeres. Cuando las relaciones sexuales no tienen un significado familiar, la persona se pierde. El homosexual no entiende por qué tiene los impulsos que tiene y cree sinceramente que la eyaculación es un fin en sí mismo. Él hará todo lo posible para perseguir el efecto hormonal como un drogadicto que busca su próxima dosis.
Numerosos sitios web de homosexuales promueven este vil hábito con instrucciones detalladas sobre cómo “conectarse” de manera encubierta. Estos sitios obscenos se desbordan de mensajes de hombres gay que intercambian historias de sus últimas conquistas. Si la verdadera extensión de esta conspiración perversa fuera ampliamente conocida, los atletas normales podríamos vernos tentados a abandonar el ejercicio por completo. Sin embargo, existe la esperanza de que al poner fin a esta tendencia lasciva podamos cambiar las cosas.
Es con con ese fin que ahora vamos a exponer las tácticas más comunes de los homosexuales en el gimnasio. Con tal conocimiento, los hombres cristianos estarán mucho mejor preparados para protegerse de avances tan desagradables, avances que pueden llevar a una vida de desesperación, soledad, degeneración para luego arder por los siglos de los siglos en las ardientes llamas del infierno.
Los lujuriosos acechadores del vestuario:
Asegúrese de tener un candado resistente para proteger sus objetos de valor y permanezca la menor cantidad de tiempo posible en el vestuario. La conversación social es aceptable, pero la camaradería no lo es. Para los homosexuales, el vestuario es donde comienza todo. Comienzan con una conversación formal, luego pasan a las risas y cuando quiere darse cuenta comienza el manoseo y sexo anal.
Los hombres gay aman quedarse en el vestuario. Se sentarán en un banco y se relajarán observando inocentemente sus costosas zapatillas. Desde este ventajoso punto de vista, un acechador puede espiar las áreas genitales de otros con fascinación y disimulo. Luego se pondrá de pie y se colocará cerca del hombre elegido. Se despega lentamente su musculosa empapada en sudor como si de un bailarín erótico se tratara. Los pantalones cortos caen mágicamente para revelar unos suspensores abundantemente rellenos o incluso una tanga muy ajustada.
Este es el momento el degenerado comienza a caminar por las instalaciones, aparentemente buscando un espejo. Sin embargo, todo es un truco erógeno. El homosexual quiere trasmitir secretamente a su primera víctima que él no es el único posible compañero de juego en la sala. Él usa este paseo para recorrer toda la escena con sus posturas desnudas. Como un pavo real que exhibe su plumaje totalmente abierto, hace alarde de los bíceps y sus pectorales depilados con la esperanza de que otros puedan sentirse lo suficientemente impresionados como para seguirlo a las áreas más privadas de la instalación.
Resbalones en el sauna:
Puede disfrutar tomando un baño relajante, pero en el jacuzzi es donde realmente tiene lugar la acción homosexual más ofensiva. No puedo enfatizar esto lo suficiente: si entra en estos lugares, ¡siempre siéntese en una toalla! Nunca se sabe qué bancos han sido contaminados recientemente por excreciones humanas. Mantenga su mirada fija y recta. El contacto visual con otro hombre puede confundirse con el estímulo.
Una toalla firmemente sujeta con velcro es muy recomendable aquí. El homosexual preferirá una envoltura del tamaño de una servilleta alrededor de sus partes privadas. Se erigen reajustando constantemente estos taparrabos de algodón, aflojándolos lo suficiente para que parezcan deslizarse por error de sus muslos. Un falo rígido se vuelve repentinamente visible y el hombre gay intentará disimularlo con una sonrisa amistosa. Si demuestra un poco de empatía con el percance, el hombre orgulloso puede revelar por completo sus genitales ya que entenderá que usted asintió al prestar atención.
Una vez que dos hombres sintonizan en una situación tan desagradable, agitan sus penes a través de la niebla de la sala de vapor con una evidente falta de sincronía. Todo esto a la vista de todos los demás presentes, incluso podrían moverse a tu lado y poner una mano a centímetros de tu pierna. Un dedo curioso probará tu carne, algunos hombres simplemente cierran sus ojos y reclinan sus cabezas hacia atrás. Grave error, esta es una invitación para un agarre completo. Llegado el clímax, un hombre abrazará al otro y lo acariciará con furia, incluso usando su propia saliva para hacer crecer la depravación. La cópula oral ocurre a veces. Estas interacciones son rápidas, pero no sin los sonidos de sorbos más horribles que usted pueda imaginar. Los abrazos se intercambian a medida que la acción alcanza su nivel más alto, pero una vez que todo acaba, ambos parten en direcciones diferentes sin nada más que un adiós. Lo que queda no es más que una sustancia lechosa, que se deja esparcida por el suelo, resbalones y caídas no son infrecuentes en estas circunstancias. Teniendo en cuenta la responsabilidad ante las demandas inherentes al club, es sorprendente que los gerentes no sean más proactivos en la prevención de estas interacciones peligrosas.
En agua caliente en el jacuzzi:
Las bañeras de hidromasaje son otra área de vigilancia. Las aguas saludables y a presión hacen mucho para aliviar los músculos. Es una forma muy relajante de terminar una tarde de ejercicio intenso. Pero debajo de esas olas hirvientes, la mano curiosa de un hombre puede encontrar su camino en tu regazo. Te sorprenderás al principio, demasiado pudor de levantarse de una vez, grave error. Una vez que una erección comienza a tomar forma es imposible irse, ¿a quién le gustaría verse desfilando desnudo en el vestuario con toda su longitud en exhibición? Dos hombres sentados más cerca de lo normal son una pista de que los juegos bajo el agua podrían estar ocurriendo ante sus propios ojos. Los bíceps tensos y el antebrazo en movimiento, la mirada culpable del otro sujeto observando el techo, todos son signos de que alguien está complaciendo su falo en las profundidades cálidas y agitadas. Lo que hace que todo esto sea tan malo es que los hombres gay eyaculan directamente en el hidromasaje, lo que significa que el resto de nosotros debemos flotar en la sopa crema de sus fluidos abandonados.
Secretos compartidos en las duchas:
En las duchas comunes, tenga cuidado con el hombre que pasa mucho tiempo haciendo espuma entre sus piernas. Observe, él cambiará de ubicación, enjuagará y volverá a hacer espuma como excusa para holgazanear. Los hombres jóvenes merodean aquí por "papitos" robustos y bien formados. Los hombres mayores pueden ser engañados por la inocencia alegre de un jovencito con pectorales firmes y una sonrisa fácil.
Usan cantidades prodigiosas de jabón, de alguna manera creen que todas esas burbujas ocultan sus desagradables erecciones venosas. A veces, cuando todo esto se vuelve demasiado obvio, el sujeto voltea hacia la pared y enfoca sus jabonosas exploraciones en sus propias nalgas. Esto también puede ser una señal de que desea ser receptor de relaciones sexuales sodomitas. En los peores casos, se sabe que la penetración anal ocurre justo allí en la ducha. No se exhibe ni un ápice de vergüenza, ya que los gemidos hacen eco contra las paredes de azulejos y los arroyos de espuma caliente rebosan de las pantorrillas musculosas.
Algunos gimnasios tienen duchas privadas y el juego aquí es que una persona promiscua dejará su cortina ligeramente abierta "por error". Si alguien pasa por el lugar y capta el interés del duchador, agitará sus testículos en dirección al hombre para indicar el interés carnal. Cuando esta llamada sea aceptada, el segundo hombre entrará en la ducha privada y las cortinas se cerrarán herméticamente.
Si todas las demás áreas de las instalaciones de los vestuarios están ocupadas, los homosexuales usarán un inodoro para interactuar. No tengo del todo claro qué sucede en ese espacio estrecho, pero ciertamente es repulsivo.
Una advertencia sobre los spa de los hoteles:
Cuando viaje lejos de su hogar, puede visitar el spa del hotel para relajarse. Estos lugares se centran en la experiencia de relajación y carecen del equipo de ejercicio que encontraría en un gimnasio normal. Hay vestuarios privados, jacuzzis, saunas y salas de vapor. Desafortunadamente, estos lugares también tienen poca fantasía arquitectónica y se nota por sus estrechos pasillos y poca luz.
Es sabido que estos lugares hacen la vista gorda a la actividad homosexual dentro de sus muros. A veces incluso proporcionan reposeras para descansar y esto solo parece alentar cantidades inquietantes de interacción erótica hardcore. A menos que haya investigado a fondo un establecimiento en particular, es mejor que evite esos lugares por completo. Puede quedarse en su habitación viendo Netflix o mejor aún leyendo la Biblia.
Para terminar, debo señalar como es obvio que este tipo de fornicación ilícita no ocurre en todos los gimnasios. Uno tendría que viajar a lo largo y ancho para encontrar los peores ejemplos de dicha actividad. Sin embargo, a medida que la homosexualidad se extiende desde las áreas urbanas hacia el resto del país, esta tendencia está creciendo a un ritmo terriblemente rápido.
Reverendo Daniel Salcedo
https://www.facebook.com/reverendo.daniel.salcedo
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