En mi humilde opinión si lo es. El feminismo es un caballo de troya que en su interior contiene racismo, odio, desigualdad de derechos, privilegios para unas cuantas y muerte de inocentes.
Una máxima feminista dice que su cuerpo no es una incubadora. Por supuesto olvidan el mandato de Dios de "creced y multiplicaos", pero dejemos de lado la Biblia. Incluso desde su propia lógica mundana existen otras soluciones como por ejemplo el uso de métodos anticonceptivos o a posteriori la entrega en adopción.
Con mucha liviandad algunas feministas recorren canales de televisión asegurando que son explotadas sexualmente cuando es bien sabido que 95% de la prostitución (si no me quedo corto) es porque la mujer así lo decidió y no tiene o la capacidad o es demasiado perezosa para ganarse la vida de otra manera.
A esto podemos sumarle que las feministas se rajan las vestiduras hablando de igualdad pero por otro lado lo que quieren son privilegios, no derechos. Hoy en día mueren asesinados más hombres que mujeres. Los trabajos pesados son realizados casi exclusivamente por hombres. Tienen una esperanza de vida muy superior a la de los hombres y podría seguir.
Hay un problema mucho más complejo y que no podemos esquivar. Si bien no tiene una relación directa la desviación sexual es intrínseca al feminismo. Esta cofradía tiene un influencia tan grande en redes sociales y medios de comunicación que puede interceder e insultar a todo aquel que piense distinto a ellos. Más bien a los que no aceptamos sus condiciones antinaturales por caprichos mentales.
Esto se fue tanto de las manos que ahora enseñan a niños la manera de tener sexo anal con otro niño. Madres enseñando, o quizás debería decir obligando, a sus niños a ser trans cuando el menor solo piensa en jugar.
El daño psicológico que están causando con esta porquería de tema creado por los que defienden a los tansgenero, transexuales, homogays, lesbianas o como quieran llamarlos se va a convertir en un caos en un futuro cercano.
Simplemente son personas no cuerdas y antinaturales.
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