A diferencia de los perros, los gatos no tienen raíces ancestrales de ningún tipo de trabajo o habilidad. Los perros fueron domesticados para ayudar al hombre en diversas actividades como la caza, el trabajo de granja, protección contra los depredadores y proteger la casa de los intrusos. A partir de ahí, evolucionaron hasta ser aún más domésticos, convirtiéndose en grandes compañeros para los niños como ya hemos dicho en otros artículos. Los felinos modernos, por otro lado, son descendientes directos de la adoración al culto pagano que comenzó en el antiguo Egipto hace unos 6000 años. No fueron criados por tener alguna habilidad específica o útil sino porque la gente, por ignorancia, creía que eran encarnaciones de dioses paganos vengativos. En esa época, el castigo por matar a un gato, incluso accidentalmente, era la muerte . Estatua de bronce de la Diosa Bastet Los gatos eran tan adoraros en esa cultura supersticiosa y politeísta que gran parte de los
Iglesia de la Nueva Era - Cristianos Orgullosamente Conservadores - Uruguay